Ser profesor en una universidad es un prestigio y un excelente complemento para un currículum médico. Además de ser un reconocimiento profesional, la docencia ofrece la oportunidad de transmitir tus habilidades y experiencias médicas a futuros médicos, contribuyendo al avance de la medicina. Sin embargo, la docencia requiere años de esfuerzo tanto en el ámbito académico como en el desarrollo de competencias específicas.
Piensa en los mejores profesores que has tenido. Convertirse en uno de ellos implica reunir muchas cualidades, no solo experiencia y formación. Ser un buen docente significa tener la capacidad de inspirar, motivar y guiar a los estudiantes, ayudándoles a convertirse en excelentes profesionales de la salud.
Los nuevos planes de estudio están valorando la inclusión de asignaturas como la medicina integrativa, donde los problemas se abordan de manera transversal. Esto permite desarrollar habilidades profesionales que van más allá de la medicina tradicional, permitiendo a los médicos utilizar una variedad de herramientas para ejercer actividades profesionales adicionales. Si estás considerando la docencia como salida profesional, aquí tienes una guía con 10 consejos para convertirte en docente médico:
Decide si aspiras a ser catedrático en cirugía en una prestigiosa universidad o prefieres impartir una asignatura como profesor asociado. Tu objetivo determinará la preparación necesaria y los próximos pasos a seguir.
Cada universidad tiene sus propios requisitos para el cuerpo docente. Aunque son similares, pueden variar según la institución y si es pública o privada. Consulta los portales de cada universidad para conocer los criterios específicos. Por ejemplo, en la Universidad de Navarra los criterios para la incorporación de docentes son (2):
Los puedes consultar aquí.
Una vez tengas claro qué necesitas para ser docente universitario, puedes focalizar mejor tu carrera para que te conduzca a las aulas.
Los alumnos valoran enormemente que el profesor tenga experiencia práctica. Es fundamental contar con varios años de experiencia clínica para adquirir conocimientos profundos y complejos, y poder transmitir esta información de manera efectiva a tus estudiantes. Cuantos más años de práctica clínica tengas, mejores ejemplos podrás ofrecer y mayor será tu capacidad para hablar con conocimiento de causa.
La investigación es uno de los tres pilares de la cadena de conocimiento, junto con la práctica clínica y la docencia. Uno de los aspectos más valorados a la hora de contratar a un profesor universitario, es que la persona haya dedicado gran parte de su carrera a la investigación. La curiosidad por investigar, ampliar y cuestionar lo aprendido es esencial para ser un mejor docente y mantenerse a la vanguardia de los avances científicos en tu campo.
Si para ser médico hay que poner codos, para enseñar a médicos, hay que estudiar más de lo imaginable. Si ya tienes prevista la docencia ahora o en un futuro, no te lo pienses a la hora de hacer el doctorado, másteres en tu especialidad y dominar como mínimo el inglés.
Otro aspecto que da puntos a la hora de contratar un profesor universitario es si es activo y conocido en la comunidad científica. No pierdas la oportunidad de escribir artículos sobre temas en los que estés investigando. También asiste a congresos, charlas y si puedes, sé tú la persona que expone. Ser activo y reconocido en la comunidad científica es fundamental. Esto no solo enriquece tu perfil profesional, sino que también añade un gran valor a tu capacidad docente, beneficiando directamente a tus alumnos.
Poca gente discute que Messi es el mejor jugador del mundo. Que pueda ser el mejor entrenador quizás genera más dudas. Muchas veces las capacidades pedagógicas de los profesores de medicina no se valoran tanto como los conocimientos. Aprender a comunicar y enseñar eficazmente es muy importante.
No te vas a enriquecer siendo docente. A no ser que tengas una posición muy alta en el rango universitario, que depende de una carrera prácticamente entregada a los estudios, tu sueldo como profesor será un complemento. Lo primordial para ser docente es tener la vocación de querer comunicar lo aprendido y la ilusión de formar a las nuevas generaciones de médicos.
Los profesores asociados son personas que desarrollan regularmente su actividad fuera de la Universidad, pero que son contratados de manera temporal por la misma. Esta es una buena manera de entrar en contacto con la docencia y saber si realmente te interesa como complemento de tu carrera o bien quieres acabar tus días como catedrático en medicina.
Ejercer la docencia médica es un gran reto. Dedicarte a ella total o parcialmente te obliga a ser mejor médico y mejor profesional. Esa ambición y curiosidad te llevará a rodearte siempre de los mejores y a no parar de aprender. Quizás ese sea el gran regalo de ser docente.
En conclusión, la docencia es el paso lógico si tienes necesidad de compartir tu experiencia después de una carrera donde te has formado, investigado, ejercido durante años y adquirido conocimientos. Puede convertirse en un sueldo extra, pero por encima de todo es una profesión que se ejerce por ilusión, vocación y el afán de aprender.
*Este artículo se ha elaborado a partir de la entrevista ‘Docencia Médica’, realizada por KOMPASS al Dr. Mikel Izquierdo, Catedrático en el ámbito de la Fisioterapia y Biomecánica de la Actividad Física. Puedes encontrar toda la entrevista en nuestra sección de vídeos.
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